viernes, 4 de diciembre de 2015

Fresco de la Gloria o El Triunfo de la Monarquía Hispánica (El Escorial)



Fresco de la Escalera principal del Real Monasterio De San Lorenzo del Escorial. Obra de Juan Bautista Castello, apodado el Bergamasco y Luca Giordano. Madrid. España.
Lo más destacable de la Escalera no es su arquitectura, sino la decoración, sobre todo del techo, donde Juan Bautista Castello, el Bergamasco, repesentó una alegoría de la Casa de Austria. Desde Carlos V, y entroncando con una política ya iniciada por sus abuelos hispanos los Reyes Católicos, los monarcas españoles Habsburgo harán de la defensa de la Fe cristiana un eje esencial de su práctica política, y su anhelo de una monarquía universal y un imperio de dimensión planetaria tendrá como principal justificación la expansión y defensa de la Cristiandad. En recompensa a esta ambición los reyes y príncipes de este linaje serán representados en las artes plásticas una y otra vez en visiones celestiales que los mostraban al lado de Dios Padre, Cristo, la Trinidad, la Virgen u otros personajes divinos -así los pintaron desde Tiziano y el Greco en el siglo XVI hasta Rubens y Luca Giordano en el XVII-, y los programas iconográficos dispuestos en la decoración de palacios, templos y decorados efímeros que pusieron de relieve este pacto tácito entre Dios y la casa de Austria: una realeza legítima para un planeta católico.  
Consta de un tramo ascendente que, tras un amplio relleno, se divide en dos. Los frescos son de Tibaldi y de Luchetto, con escenas de la Vida de Cristo, que decoran sus muros; Lucas Jordán, en tiempos de Carlos II, pintó los frisos y la bóveda. En el primero representó la batalla, asedio y rendición de San Quintín, en los lados norte, sur y oeste, dejando el lado este reservado para la pintura de la fundación del monasterio. En la bóveda pintó la Gloria: en el centro aparece representada la Santísima Trinidad; a su derecha, La Virgen con un grupo de ángeles portando los emblemas de la pasión; y, más abajo, San Lorenzo intercediendo por los reyes de España; a la derecha arrodillados, Carlos V ofrece sus dos coronas y detrás Felipe II el globo, símbolo del Imperio español. Grupos de ángeles en atrevidos escorzos enmarcan la escena central y, en las esquinas, las Virtudes Teologales se disponen rodeadas de figuras alegóricas. Por último, destaca la escena en la que, desde un balcón, Carlos II contempla el cuadro central acompañado por su mujer y su madre.
Más información sobre este fresco absolutamente espectacular en Luca Giordano en la Basílica del Escorial. Fortuna crítica y recepción según Talavera, Santos y Palomino.

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