Este salón, así como el Salón de Diana, constituía el principal acceso al Gran Aposento, ya que la gran escalera, conocida como "escalera de los Embajadores" (destruida en 1752) desembocaba en él. Durante las veladas de aposento, aquí se instalaban mesas cubiertas de cestas de flores, de pirámides de fruta fresca y singular como naranjas y limones, así como frutas confitadas y mazapanes.
Al igual que todas las estancias siguientes, este salón debe su nombre a un planeta, tema asociado al mito solar que inspiró toda la decoración de Versalles en los años 1670. Aquí Venus aparece representada en el techo con los rasgos de la diosa del Amor que, en la Antigüedad griega, estaba asociada a este planeta. Las demás composiciones pintadas, que adornan los arranques de la bóveda (dovelajes), representan hazañas de héroes antiguos que remiten a la vez al planeta del lugar y a las hazañas de Luis XIV: así, por ejemplo, el dovelaje que representa a Augusto presidiendo los juegos del circo debe interpretarse como una alusión al famoso carrusel celebrado en honor a la reina, y el dovelaje que presenta a Alejandro desposando a Roxana, como una evocación del matrimonio de Luis XIV.
De toda la enfilada, el Salón de Venus es el que posee la decoración más barroca. Este es el único lugar en el que Le Brun estableció un diálogo entre arquitectura, escultura y pintura, unas veces real y otras figurada: las pilastras y columnas de mármol se retoman en las perspectivas pintadas por Jacques Rousseau, y dos estatuas en engañifa del lado de las ventanas, se contraponen a la figura de Luis XIV obra de Jean Warin.Posts anteriores sobre el Palacio de Versalles:
Fuentes de Versalles.
El Gran Canal de Versalles.
El Rey gobierna por sí mismo (detalle).
Retrato de Luis XIV, Versalles.
Salón de los Espejos.
Habitación de la Reina (detalle).
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