La Gran Galería servía diariamente de lugar de paso, de espera y de encuentros, y la frecuentaban los cortesanos y el público de visitantes. ésta sólo fue muy excepcionalmente escenario de ceremonias, cuando los soberanos querían hacer ostentación del mayor esplendor en recepciones diplomáticas o diversiones (bailes o juegos) ofrecidas con motivo de matrimonios principescos. El trono se instalaba entonces en un estrado situado en el extremo de la Galería, del lado del Salón de la Paz, cuya arcada estaba cerrada. Sin embargo, la escenificación del poder raras veces alcanzó tal grado de ostentación: así, el Dogo de Génova en 1685 y los embajadores de Siam (1686), de Persia (1715), del Imperio Otomano (1742) tuvieron que atravesar toda la Galería, bajo la atenta mirada de la Corte, agolpada a cada lado en gradas. Aquí también se celebraron los esponsales del Duque de Borgoña, nieto de Luis XIX en 1697, del hijo de Luis XV en 1745 y por último, el baile de disfraces con motivo del matrimonio de María Antonieta y del Delfín, futuro Luis XVI, en mayo de 1770... Aquí también se firmó el 28 de junio de 1919 el Tratado de Versalles, que ponía punto final a la Primera Guerra Mundial. Desde entonces, los presidentes de la República siguen recibiendo en ella a invitados oficiales de Francia.
PS: Pido a los lectores disculpas por el tiempo sin postear, pero ha habido determinadas circunstancias que nos lo han impedido. A partir de ahora, se procurará volver al ritmo normal de publicaciones.
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