La dicotomía defensiva-religiosa de este singular edificio ha provocado numerosas hipótesis sobre su origen y evolución, aunque en la actualidad se conoce bastante bien su secuencia histórica.
Se ha especulado con que el cerro de Turégano fuera una antiguo fuerte de época protohistorica. Siguiendo esta hipótesis, arévacos, romanos, árabes y primeros castellanos aprovecharían este castro como lugar de defensa.
Lo que sí es seguro es que en el siglo XII, y tras la donación de la comarca por Dña. Urraca a los obispos de Segovia, D. Pedro Arías Dávila o alguno de sus sucesores erige en lo alto del cerro una iglesia románica dedicada a San Miguel, de tres naves y cabecera tripartita con torre sobre el crucero.
Hasta
la segunda mitad del XV no es cuando el edificio religioso original sufre la
transformación: la construcción de una fortaleza rodeando la antigua
iglesia y ocultándola exteriormente. Ya en el siglo XVI se modificó el
frontis(portada) de acceso a la iglesia además de las dos torres que la
flanquean.
La
antigua estructura románica de la iglesia de San Miguel sólo se aprecia en su
interior , que consta de tres naves de cinco tramos algo irregulares, sin
transepto, que encajan en una cabecera con tres ábsides semicirculares
precedidos de sus respectivos presbiterios.Las torres circulares presentan modillones entremezclados con la típica decoración de bolas de fines del XV mientras que la torre principal está recorrida completamente por ladroneras y balcones con matacanes de carácter defensivo pero que también sirven para decorar sus recios muros. La portada románica de la iglesia flanqueada por dos de las seis torres circulares es una de las imágenes más bonitas del castillo.
(Fuentes: arteguias.com; http://jcdonceld.blogspot.com.es/ )
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