Portada renacentista del Convento de San Clemente de Toledo.
Uno de los Monasterios más grandes e importantes de Toledo, El Imperial Monasterio de San Clemente debe su fundación a Alfonso VII, llamado el Emperador, cuyo hijo Fernando está enterrado en la iglesia. De ahí su título de Imperial. Es el convento más antiguo de la ciudad de Toledo y se sabe que existía en el año de 1131.
A través de los siglos el convento recibió numerosas donaciones y favores de los reyes, consolidando su importancia en la ciudad. Es a lo largo del siglo XVI cuando se realizan las mayores obras en el convento. Se sabe que fue en su totalidad y una de las referencia es el cambio de ubicación de la iglesia, que suponíamos perpendicular a la actual, antes de la construcción del claustro actual.
Es en 1534, cuando Alonso Covarrubias, concierta con la abadesa la reforma, donde se compromete a tirar la anterior y respeta pocos elementos decorativos de las anteriores épocas. Hoy podemos ver la puerta de acceso desde la calle realizada por Alonso de Covarrubias con el mejor estilo renacentista del momento.
En el año de 1556 un gran incendio quemó parte del convento y los bienes muebles y de culto de la iglesia. Es en el año de 1562 cuando los hermanos de Francisco de Villalpando (+1561), autor de la reja del presbiterio de la Catedral, reparan parte de los desperfectos. Hoy podemos admirar, lo bien que se ha conservado su arquitectura, a pesar de los grandes desperfectos que provocó la guerra civil del año 1936, que destrozó las bóvedas del coro y las intervenciones del siglo XVIII realizadas por mandato del Cardenal Lorenzana (1722-1804).
Si veis algo raro en la puerta, es porque hace pocos días cortaron y robaron una parte de una de las columnas renacentistas de esta puerta. No existe ninguna cámara de vigilancia en los alrededores y la calle, estrecha y angosta donde se encuentra, tampoco favorece el paso de viandantes a determinadas horas por la misma. La residencia de las monjas tampoco está en habitaciones con vistas o luces a la calle donde se abre esa puerta, así que no pudieron oír nada.
Un trozo de unos 40 centímetros de una de las dos columnas renacentistas de la bellísima portada de la iglesia había desaparecido de la noche a la mañana. Los autores del hecho, al abrigo de la noche y aprovechando que en la zona no hay viviendas cercanas, perpetraron este expolio al patrimonio histórico-artístico de la ciudad valiéndose de un objeto cortante, que bien podría ser una radial. El corte es limpio y no ha causado desperfectos en el resto de la portada.Esperemos que se pongan los medios para que esto no vuelva a ocurrir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario